NOTA DE PRENSA
WILLY MEYER SOLICITA A LA COMISIÓN EUROPEA
UNA MEJORA EN EL DIAGNÓSTICO Y RECONOCIMIENTO DE LA ENCEFALOMIELITIS MIÁLGICA
Bruselas, 22 de marzo de 2013
Willy Meyer ha solicitado
a la Comisión Europea a que ejerza sus competencias en materia de sanidad a
nivel europeo para que, en los sistemas sanitarios de los estados miembros del
la Unión, se disponga de procedimientos para un correcto diagnóstico y no se
confunda más la Encefalomielitis Miálgica con el Síndrome de Fatiga Crónica.
La Encefalomielitis
Miálgica está clasificada según la comunidad científica internacional como una
grave enfermedad neurológica, sin embargo el Síndrome de Fatiga Crónica, es un
concepto indefinido que puede inducir a errores de diagnosis. En 2009 la Comisaría
de la Dirección General de Sanidad y Consumo Androulla Vassiliou admitió que
este término podía inducir a confusión y a problemas con los pacientes, sin
embargo poco se ha avanzado en la corrección de dichos diagnósticos. Las
personas afectadas por la Encefalomielitis Miálgica se encuentran en una
desesperada situación de indefensión debido a continuos diagnósticos erróneos
que califican su enfermedad erróneamente como un problema psicológico en lugar
de una enfermedad neurológica.
"Los sistemas públicos
de salud de los estados miembros deben garantizar por todos los medios a su
disposición la diagnosis certera de todas las enfermedades reconocidas por la
comunidad científica internacional, cualquier error en este paso tiene
gravísimas consecuencias para los afectados" sostuvo el eurodiputado de
Izquierda Unida refiriéndose a los afectados de esta enfermedad. La Pregunta
Parlamentaria presentada por Meyer recoge la necesidad de que los estados
miembros deban implementar los criterios establecidos en el Consenso de Canadá
2003/ICC 2013 para una efectiva diagnosis de la Encefalomielitis Miálgica; así
como insiste en que la Comisión Europea debe poner a disposición fondos para la
investigación biomédica para mejorar las técnicas de diagnóstico y los posibles
tratamientos para esta gravísima enfermedad neuronal.
La Comisión Europea
también debe ser consciente de que los estados miembros de la Unión no pueden
incumplir los acuerdos internacionales que obligan a reconocer las enfermedades
identificadas por la Organización Mundial de la Salud que en su Clasificación
Internacional de Enfermedades reconoce esta enfermedad. Del mismo modo la
Organización Internacional del Trabajo reconoce esta enfermedad, resultando
cada caso de diagnóstico erróneo de esta enfermedad, un incumplimiento de los
acuerdos adquiridos con estas dos instituciones.
Que implementen una correcta e inste a los estados miembros de la Unión a
que incluyan la Sensibilidad Química Múltiple y la Hipersensibilidad electromagnética
como enfermedades oficiales dentro de sus respectivos sistemas sanitarios.
Meyer se ha dirigido por
escrito a la Dirección General de Sanidad y Consumo de la Comisión para expresar
la necesidad de que estas enfermedades sean incluidas en la Clasificación
Internacional de Enfermedades (CIE) y en las respectivas listas nacionales de
enfermedades profesionales. Según Meyer, "Resulta necesaria una
legislación que proteja a todos los enfermos europeos y no trate de evitar
responsabilidades negando la existencia de estas enfermedades".
Actualmente estos problemas de salud suelen ser negados o diagnosticados como
problemas psicológicos lo cual supone que estos enfermos "se encuentran
una situación de completa indefensión y doble sufrimiento, puesto que más allá
de sufrir los dolorosos efectos vienen a ser tratados por los sistemas públicos
de salud como enfermos mentales", sostuvo Meyer.
La Sensibilidad Química
Múltiple y la Hipersensibilidad Electromagnética son enfermedades que aún no
está recogidas como tales por la Organización Mundial de la Salud (OMS), pero
la comunidad científica está realizando numerosos descubrimientos y avances en
la detección y evaluación de estos síndromes. Estas enfermedades muchas veces
han sido diagnosticadas como el Síndrome de Fatiga Crónica, que resulta un
cajón de sastre donde, en ausencia de mejores clasificaciones, se tipifican las
enfermedades citadas.
El reconocimiento de
estas enfermedades supondría, según el eurodiputado, la necesidad de "aplicar
las normas existentes en términos de radiación electromagnética y exposición a
sustancias nocivas, así como revisar los límites actuales hasta garantizar el
mínimo impacto sobre la salud de los enfermos", cuestión por la que su
reconocimiento supondría elevados costes. En la actualidad se toleran límites
de contaminación electromagnética y química que impiden a estos enfermos llevar
a cabo una vida normal y es por ello que la Comisión debería actuar para
garantizar el derecho a una vida saludable a todos los ciudadanos europeos.